Si alguna vez has sentido náuseas o malestar después de usar bolsas de nicotina, no eres el único. Esta sensación puede afectar tanto a adultos con experiencia con la nicotina como a quienes la prueban por primera vez.
En esta guía te explicamos por qué ocurre, para ayudarte a reducir o evitar esos efectos.
¿Qué es el mal de nicotina o “nic-sickness”?
El llamado mal de nicotina (o nic-sickness, en inglés) es el término que se utiliza para describir el conjunto de síntomas que aparecen cuando una persona consume una cantidad excesiva de nicotina en un corto periodo de tiempo, o utiliza una concentración demasiado alta para su nivel de tolerancia.
En otras palabras, el cuerpo reacciona al exceso de nicotina como si se tratara de una intoxicación leve. Esta respuesta fisiológica puede causar malestar general, mareos o incluso náuseas intensas.
¿Por qué ocurre?
La nicotina actúa como un estimulante del sistema nervioso central. Cuando se consume más de lo que el organismo puede o está acostumbrado a procesar, se produce una sobreestimulación que afecta al ritmo cardíaco, la presión arterial y el sistema digestivo. Esto explica por qué algunas personas pueden sentirse mareadas, débiles o con el estómago revuelto poco después de usar una bolsa de nicotina.
Elegir una potencia o dosis inadecuada —por ejemplo, una concentración demasiado alta en comparación con tu consumo habitual— es una de las causas más frecuentes de este tipo de malestar. Por eso, ajustar la dosis al propio nivel de tolerancia es fundamental.
Descubre nuestra guía sobre niveles de nicotina VELO.
Síntomas comunes del mal de nicotina
Los síntomas más frecuentes del mal de nicotina incluyen:
- Náuseas y vómitos
- Dolor de cabeza
- Mareos o sensación de aturdimiento
- Sudoración excesiva y salivación
- Dolor o molestias abdominales
- Diarrea o malestar digestivo
Estos síntomas suelen ser temporales y desaparecen al cabo de un rato, aunque en casos más severos puede ser necesario buscar atención médica.
Consejos para disminuir o prevenir el malestar
Hay varias medidas sencillas que pueden ayudarte a reducir el riesgo de sentirte mal al usar bolsas de nicotina:
1. Elige un nivel de nicotina adecuado: si notas malestar, es probable que la concentración de nicotina sea demasiado alta. Cambiar a una más baja puede marcar la diferencia. Si eres adulto consumidor de nicotina y es tu primera vez con las bolsas, te recomendamos que empieces con la dosis más baja, de 4 y 6 mg.
2. Modera la frecuencia de uso: Evita usar muchas bolsas en un corto periodo de tiempo. Espacia las dosis y presta atención a cómo responde tu cuerpo.
Si quieres aprender más, echa un vistazo a nuestra guía y descubre cuál es el límite de bolsas al día para un consumo responsable .
3. Mantente bien hidratado: La nicotina puede favorecer la deshidratación. Beber suficiente agua a lo largo del día ayuda a mitigar algunos de sus efectos.
4. No las uses con el estómago vacío: Consumir nicotina sin haber comido puede aumentar la probabilidad de náuseas o mareo.
5. Escucha a tu cuerpo: Si notas síntomas persistentes o intensos, suspende el uso y consulta con un profesional sanitario.
Sentirse mal tras usar bolsas de nicotina no significa necesariamente que haya un problema grave, pero sí es una señal de que estás consumiendo más nicotina de la que tu cuerpo puede tolerar.
Elegir el nivel de nicotina adecuado y moderar la frecuencia son pasos simples pero efectivos para evitar el malestar y hacer un uso más responsable de VELO.